Hoy queremos usar este espacio para inspirarte, porque sabemos que la vida puede estar presentándote una gran cantidad de obstáculos, muchos de ellos viniendo desde lo más profundo de tu ser.
En el Blog anterior ¡Que un diagnóstico no te limite! – Balance Perfecto abordamos el tema del diagnóstico como una limitante en la búsqueda de alternativas para mejorar la salud y una invitación a reflexionar sobre cómo tomar control de la salud y convertir los desafíos en oportunidades. En esta entrega te presento una de las historias más gratificantes e intensas que he tenido en mi trabajo como entrenador personal especializado en pacientes con enfermedades crónicas.
Para entrar en contexto, un cliente adulto de más de 70 años me contacta con el interés de iniciar un programa de acondicionamiento físico. Cuando una persona de 50 años en adelante me contacta sé de antemano que es altamente probable que padezca de alguna condición crónica de salud, que sea sedentario, tomé una serie de medicamentos, que odie el ejercicio pero lo han obligado a comenzar, entre otras cosas.
Este cliente efectivamente tiene hipertensión arterial, resistencia a la insulina y tuvo la grave enfermedad de poliomielitis en su niñez, por lo tanto al momento de conocerlo tenía una movilidad limitada que le permitía caminar únicamente con ayuda de su andadera. Mi maestro JC Santana siempre nos dijo, los mejores ejercicios han sido inventados con las personas que están lesionadas y tenía toda la razón, todo iba muy bien, hacíamos sesiones de fuerza y natación tres veces por semana.
Un día, aproximadamente 4 meses después de comenzar el proceso mi cliente presenta signos de salud muy alterados y una debilidad generalizada muy alarmante, por lo que recomiendo conversar con su médico con prontitud. En resumidas cuentas terminó hospitalizado 15 días con múltiples exámenes que no daban con el diagnóstico. Las conclusiones finales apuntaban a un Guillain-Barré. Todo esto dejó a mi cliente con las piernas completamente paralizadas y con una fuerza limitada en sus brazos que le impedían hacer las cosas más básicas por sí solo. Un panorama dificilísimo.
A este punto presentí que el caso se iba más allá de mis posibilidades, por lo tanto pensé en estar preparado y alistar mis contactos; tengo un grupo de amigos altamente profesionales a los cuales les refiero casos que se salen de mi área de experiencia. Cuando logramos vernos después del tiempo de hospitalización fui sincero con mi cliente y le presenté las posibilidades. Sin embargo él y su familia me pidieron continuar, a lo que acepté el reto y buscar de que maneras podía yo ayudarle.
Creo que cuando tienes que enfrentar obstáculos a diario como mi cliente te pones en la disposición a buscar siempre una salida, negando por completo la posibilidad de darte por vencido sin luchar. Por lo tanto nuestro mantra desde el momento fue “tiene que existir una manera”.
A partir de ahí, saliendo desde el fondo de esta situación mi cliente logró volver a utilizar sus piernas, con las limitaciones propias del padecimiento post polio. El panorama fue tan oscuro luego del periodo de hospitalización que ponerse en pie, caminar unos metros y ser autosuficiente en las actividades diarias parecía una misión imposible. Pero “tenía que existir una manera” y lo logramos.
Muchas personas tienen limitaciones de salud que pueden comprometer sus aspiraciones de estar mejor, pero hoy con la historia de mi cliente les quiero decir que “tiene que existir una manera” de mejorar. No subestime lo que se puede lograr en una sesión de entrenamiento y la modificación de pequeños hábitos diarios, porque el efecto multiplicador de muchas pequeñas acciones es lo que al final te dará los mayores resultados.
Utiliza el día de hoy para poner en marcha el camino para lograr tus aspiraciones.
Nos encantaría conocer tu historia de superación, déjala en los comentarios y visita nuestra página de Instagram Health coach- Salud Respiratoria – Entrenamiento (@balanceperfectopro) • Fotos y videos de Instagram