Un error común de los entusiastas del entrenamiento tiene que ver con manejar las cargas diarias de entrenamiento como un “atleta”. Yo estoy muy claro en que la motivación juega un papel fundamental en la adherencia y la continuidad del ejercicio, el problema es que a causa del entusiasmo ciertos conceptos pueden llegar a distorsionarse llevando a las personas a errores metodológicos en sus entrenamientos.
Particularmente, en la preparación competitiva existen elementos que pueden ser incluso más determinantes que el desarrollo de los componentes físicos, como la estrategia, los niveles de concentración o cómo lidiar con la frustración, porque con seguridad en muchos deportes donde entran en juego diferentes cualidades físicas habrá siempre alguien más rápido, más fuerte, más potente, más resistente o más habilidoso. Por lo tanto poner todas las esperanzas de los resultados en la capacidad física es una visión que se queda muy corta.
Tengo que hacer el espacio para contarte que aparte de mi trabajo en rehabilitación cardiopulmonar, tuve la oportunidad de trabajar con atletas profesionales y amateur en Costa Rica, en deportes como fútbol, jiu-jitsu, ciclismo, ráquetbol y maratón. Además tuve la maravillosa experiencia de presenciar en dos mentorías diferentes los entrenamientos de atletas de élite del UFC como Cezar “Mutante” Ferreira, Gilbert “Durinho” Burns, el boxeador Sullivan Barrera, y Aledmys Díaz jugador de la MLB que para ese momento formaba parte de los Cardenales de San Luis.
Para mi sorpresa en estas experiencias, el entrenamiento de los atletas profesionales no era lo que yo había concebido, sus entrenadores cuando era necesario ponían el freno al ímpetu de estas personas y siempre vieron la necesidad de protegerlos del sobre-entrenamiento (ese punto donde el trabajo físico se convierte en una carga nociva para el desarrollo de un buen rendimiento). Aprendí que en las diferentes fases de una preparación competitiva existe un espacio muy especial para la recuperación, porque ahí es donde se consiguen las principales adaptaciones que permiten aumentar el potencial físico.
Así me fue quedando muy claro que el concepto muy motivador de “entrenar como un atleta” puede llevar a grandes errores metodológicos porque desde el inicio se deben considerar y entender ciertas cuestiones importantes como por ejemplo:
¿Cuáles son mis prioridades en la vida?
¿Cuáles son mis objetivos? y ¿en qué plazo realista pretendo lograrlos?
¿Cómo quiero sentirme físicamente?
Y a partir de ahí comenzar a establecer una serie de fases en el tiempo que te permitan lograr tus objetivos manteniendo la llama de la constancia encendida evitando sacrificios innecesarios. Un verdadero atleta entrena con sabiduría para que el trabajo diario lo empuje a conseguir su objetivo.
Evita cometer el error metodológico de entrenar siempre al 100% de tus capacidades.
Cuéntanos como ha sido tu experiencia con el entrenamiento en los comentarios