Padecer asma puede ser un gran desafío al intentar incorporar el ejercicio físico a tu rutina. Las dudas sobre la duración, intensidad y tipo de entrenamiento, sumadas al temor de una crisis asmática, suelen frenar cualquier intento. Sin embargo, con un enfoque adecuado, es posible superar estas barreras de forma segura.
Si has tenido estos inconvenientes debes saber que no necesitas ser experto en entrenamiento, solo aprender a conocer tus límites.. Lo que sí es fundamental es que te transformes en el maestro de tu propia salud, para que vayas comprendiendo y explorando tus límites de forma segura.
Incorporar el ejercicio como parte del tratamiento suele generar nerviosismo en las personas que padecen asma por el riesgo de una crisis. Debido en parte a la visión distorsionada de cómo se hace el entrenamiento, por la asociación directa con el deporte o porque han tenido experiencias negativas en el pasado. Y tienen razón, ya que un esfuerzo descontrolado puede provocar grandes inconvenientes.
Todo esto tiene solución, independientemente del contexto de la persona y la severidad de su padecimiento lo mejor y más seguro es explorar los límites desde los esfuerzos de corta duración y pausas prolongadas, con una duración total reducida, por ejemplo:
Ejemplo práctico: Progresión en 4 semanas | ||||||
S | Ejercicio | Series | Activo | Pausa | Tiempo de Trabajo | Total sesión |
1 | Caminata | 10 | 30 s | 90 s | 5 minutos | 20 min |
2 | Caminata | 10 | 45 s | 75 s | 7:30 minutos | 20 min |
3 | Caminata | 10 | 60 s | 60 s | 10 minutos | 20 min |
4 | Caminata | 10 | 90 s | 30 s | 15 minutos | 20 min |
En el cuadro 1 la S1 (Sesión 1) tiene una duración total de 20 minutos en donde se hacen 10 caminatas de 30 segundos seguidas cada una de 90 segundos de descanso o estiramientos pasivos. Esto da un volumen total de trabajo de 5 minutos con 15 minutos de pausas.
Un control con estas características permite explorar de forma segura cuánto tiempo de trabajo continuo eres capaz de tolerar manteniendo el tiempo total de la sesión siempre en 20 minutos. Posteriormente puedes manipular otras variables de la sesión como la intensidad, mayor volumen de trabajo o la inclusión de trabajos de fuerza.
Un trabajo enfocado en el bienestar y la seguridad mejora la condición física, la salud y la calidad de vida, evitando sobre todas las cosas exacerbar cualquier condición existente a corto, mediano y largo plazo.
He tenido la oportunidad de trabajar con muchos clientes en condiciones de salud muy severas que han mejorado su salud y calidad de vida de forma significativa. Lo que ha reforzado siempre mi creencia de que a cualquier edad y me atrevo a decir que en cualquier condición se puede mejorar la condición física y la salud.
Recuerda que el ejercicio, cuando se adapta a tu contexto y condición, puede transformar tu salud. Con un enfoque progresivo y seguro, es posible reducir el impacto del asma en tu vida. Empieza hoy, toma el control de tu salud y haz del ejercicio tu mejor aliado contra el asma.
¿Listo para comenzar? Escríbenos en los comentarios para orientarte con tu rutina.