¿Qué te mueve verdaderamente a hacer ejercicio?
Las razones para comenzar a hacer ejercicio son muy variadas. En principio, cualquier motivo puede ser válido, pero los deseos y anhelos más profundos pueden ser más difíciles de expresar e interpretar. Son estos últimos los que nos permiten mantener la constancia y entender los verdaderos beneficios del ejercicio más allá de la estética.
Aunque la estética es una de las razones más comunes para comenzar a hacer ejercicio, hay motivaciones más profundas que pueden tener un impacto más duradero, como la mejora de la salud física, mental y emocional. Estas motivaciones no solo nos ayudan a sostener el compromiso a largo plazo, sino que también revelan una relación más genuina con el ejercicio.
Si bien el entrenamiento físico es esencial para esculpir una figura que se ajuste a nuestras metas estéticas, también es un vehículo para enfrentar los desafíos y aumentar nuestra resiliencia, lo que a largo plazo puede ofrecer una satisfacción más completa que simplemente buscar un cambio en la apariencia.
La estética es, en esencia, una percepción de lo que consideramos bello y cómo esta visión se conecta con nuestra experiencia del mundo. Pero, ¿cómo hemos construido nosotros mismos estos conceptos?
Al principio, mi enfoque estaba completamente centrado en la estética, una percepción influenciada por los estándares sociales. Sin embargo, pronto me di cuenta de que este enfoque no solo era insostenible, sino que también me llevaba a la insatisfacción constante. Como anécdota personal, me “cansé de verme al espejo”, porque siempre estaba inconforme y nunca me sentía satisfecho. Tenía está sensación (que ahora entiendo mejor) de que nunca iba a llegar al punto deseado. Pude reconocer que intentar alcanzar una versión estética que no se ajusta a nuestro propio “modelo” puede generar distorsiones sobre cómo debería ser nuestro proceso personal, lo cual resulta ser muy negativo.
Por lo tanto, a partir de ahí decidí guiarme principalmente por mis sensaciones al entrenar antes de cualquier otra cosa. Eso no solo me trajo mayor tranquilidad, sino que también cambió la percepción que tenía de mi trabajo y del papel que debía desempeñar al lado de mis clientes.
Es fundamental recordar que, aunque no queramos, estamos en constante cambio. No podemos construir nada permanente en nuestra biología, pero sí podemos enfocarnos en el presente y disfrutar del proceso. Esto me recuerda una frase de Aquiles a Briseida en la película Troya: “Nunca serás más hermosa de lo que eres ahora. Nunca volveremos a estar aquí”. Es un recordatorio de la importancia de vivir el momento.
Podemos tomar la decisión de embarcarnos en un proceso de mejora constante a través de buenos hábitos, como los que abordamos en el artículo “¿Planeas dejar tus medicamentos?”, que nos permiten potenciar nuestra verdadera esencia. Y como resultado de mejorar nuestras acciones obtener de forma sostenible algunos caprichos personales, como la reducción del peso corporal.
El tiempo y el trabajo con diferentes enfoques me han enseñado que los resultados estéticos son la suma de una serie de acciones bien hechas en el tiempo. Es un valor agregado por elegir un estilo de vida que potencie la salud en lugar de la enfermedad.
Todos tenemos aspiraciones y anhelos, pero es crucial llegar a un acuerdo con nosotros mismos para evitar someterse a algo que no disfrutamos. Reflexionar sobre nuestro proceso de mejora es fundamental, especialmente cuando se trata de hacer ejercicio desde el amor propio. Te invito a preguntarte:
- ¿Cómo quiero sentirme realmente durante mi entrenamiento?
- ¿Cuál es el camino o la forma más adecuada para lograrlo?
- ¿Qué obstáculos puedo encontrar en mi camino hacia una mejora constante?
- ¿Cómo puedo superar esos obstáculos y seguir adelante?
Estas reflexiones te pueden dar una idea más profunda sobre las verdaderas razones para comenzar a hacer ejercicio que vengan desde el amor propio. Convirtiendo este hábito en una práctica agradable y perdurable en el tiempo.
Me encantaría conocer tu historia. ¿Qué te motiva a hacer ejercicio? Comparte tu experiencia en los comentarios para seguir aprendiendo juntos sobre cómo podemos hacer del ejercicio un acto de amor propio.