Cómo olvidar la palabra “pandemia”, que en los últimos años ha resonado en todo el mundo, evocando imágenes de dolor, sufrimiento y aislamiento social. Sin embargo, hay una pandemia menos visible pero igualmente preocupante: el aumento de las enfermedades alérgicas. Mientras que el COVID-19 nos dejó en estado alerta, un creciente número de personas, incluyéndome, hemos estado lidiando con problemas alérgicos tales como rinitis, problemas en la piel, alergias alimentarias, sin dejar de mencionar el asma bronquial.
Pero, ¿qué es lo que está pasando realmente?, ¿por qué hoy día vemos tantas personas con problemas alérgicos?, ¿por qué se vuelve más difícil y más retador para nosotros los médicos poder controlar los síntomas de las personas asmáticas a pesar de recibir los medicamentos más novedosos?, ¿por qué normalizamos esta condición culpando a nuestros padres por la “bonita” herencia que nos han dejado?
Ante estos cuestionamientos pienso.. definitivamente algo estamos haciendo mal y eso nos está llevando al camino de la enfermedad. Desgraciadamente este aumento no es solo de las enfermedades alérgicas, también lo vemos en las enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y en las enfermedades crónicas como la diabetes.
A medida que empecé a explorar esta problemática, se volvió crucial no solo entender la naturaleza de las enfermedades alérgicas, sino también los factores que han contribuido a su aumento. La vida moderna con todos sus matices trajo a nuestras vidas grandes ventajas. Gracias a ella, hoy estoy acá escribiendo en mi computadora, conectada al internet, a una tecla de distancia de mis seres queridos. Al mismo tiempo nos hizo perder todo aquello que nuestros tatarabuelos y nuestros abuelos más disfrutaban.
La desconexión con la naturaleza, la adopción de un sistema orientado al rápido consumo en donde “Alexa”, la robotina, y hasta la bici eléctrica nos han llevado al sedentarismo. Sin olvidar el constante estado de alerta y estrés del día a día que nos obliga a trabajar incontables horas semanales. Factores asociados también a la dieta occidental basada en los famosos y deliciosos carbohidratos refinados repletos de azúcar que junto con los alimentos ultraprocesados (bajos en nutrientes, lleno de aditivos y caloricamente densos) están provocando una alteración en nuestra bacterias intestinales y como consecuencia un estado proinflamatorio en nuestro cuerpo, lo que nos predispone a mediano o largo plazo a la activación de nuestros genes1. Como dijo Vandana Shiva, “La naturaleza crea alimentos para nutrir y el ser humano crea alimentos para ganar dinero” y yo agregaría “y para destruir la salud”.
No puedo dejar de mencionar un punto muy importante; la vida moderna o tan llamada occidentalización nos ha facilitado vivir en interiores, y por lo tanto pasamos más tiempo en nuestro trabajo o en nuestra casa en donde la constante es vivir bajo la luz artificial y aires acondicionados, llevándonos a tener un menor contacto con el sol y la tierra.
Hoy en día, se sabe que 1 de cada 8 niños tiene asma y múltiples alergias. Por lo que hay que cuestionarse ¿Por qué estos niños no pueden tolerar su entorno? si el ser humano ha coexistido con el mismo por más de 200 000 años1. Múltiples estudios en todo el mundo han demostrado que los niños que crecen en granjas no presentan enfermedades alérgicas, ni asma, en comparación a los niños que viven en las ciudades. Las exposiciones relacionadas con la agricultura dan forma al equilibrio inmunitario de estos niños2. Además, se ha visto que los factores nutricionales, como la lactancia materna o la diversidad de leche y alimentos, inducen a bacterias productoras de ácidos grasos de cadena corta en el intestino, contribuyendo a esta baja incidencia2.
No cabe duda que nuestro entorno contribuye a esta epidemia silenciosa, y aunque decidí tomar ventaja de la vida moderna, también he decidido tomar las riendas de mi propia salud.
Y si realmente te cuesta creer lo que te digo te invito a preguntarle a ese señor o señora de más de 90 años, funcional, alegre y jovial que te topas en la calle o vive cerca tuyo ¿cuál es la “fórmula “secreta” para llegar a envejecer así? Te sorprenderás al descubrir que es muy sencilla, pero al mismo tiempo difícil de alcanzar, sobre todo si no estamos dispuestos balancear la comodidad de la vida moderna por la hermosa simplicidad de la vida que llevaban nuestros abuelos.
Al final, la verdadera “fórmula” para un envejecimiento pleno y sin enfermedades no es un secreto oculto, sino una elección consciente que todos podemos hacer. Así que, ¿estás listo para dar el primer paso hacia un futuro más saludable?”
Referencias
1- Cevdet Ozdemir et al. Lifestyle Changes and Industrialization in the Development of Allergic Diseases. Current Allergy and Asthma Reports (2024) 24:331–345. https://doi.org/10.1007/s11882-024-01149-7
2- Frei et al. Environmental influences on childhood allergies and asthma — The Farm effect. Pediatr Allergy Immunol. 2022;33:e13807. doi: 10.1111/pai.13807